domingo, 12 de octubre de 2014

Obras para oboe




Las obras para el oboe abarcan desde las compuestas en el Barroco hasta la actualidad, pasando por el Clasicismo, Romanticismo y la música del siglo XX.

En el Barroco, destacan Tomaso Albinoni, Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel, Alessandro Marcello, Henry Purcell, Giuseppe Sammartini, Georg Philipp Telemann,Antonio Vivaldi, entre otros. En el Clasicismo, cabe mencionar a Vincenzo Bellini, Domenico Cimarosa, Carl Ditters von Dittersdorf, Gaetano Donizetti, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig August Lebrun, Antonio Salieri, entre otros.

En todas las épocas hay compositores notables que escribieron para el instrumento, a excepción del periodo romántico (siglo XIX) debido a la popularidad de las capacidades virtuosísticas del violín y el piano. Sin embargo, el oboe seguía conservando una posición prominente en el repertorio sinfónico (particularmente en las obras de Brahms, Mahler,Wagner y Bruckner), y su relativo, el corno inglés también se convirtió en un importante timbre orquestal.

En el siglo XX, el oboe como solista regresó con las manos de expertos como Leon Goossens, Pierre Pierlot, Lothar Koch y Heinz Holliger. Holliger estudió oboe y composición con Pierre Pierlot y Pierre Boulez respectivamente, y su combinación de sus habilidades técnicas no solo resultó en una indudable brillantez, sino en nuevas técnicas interpretativas. Su influencia ha inspirado a compositores como Luciano Berio, Ernst Krenek, Henri Pousseur, André Jolivet, Krzysztof Penderecki y Hans Werner Henze para componer para el oboe.
Empleo fuera de la música clásica

Aunque se emplean los oboes tradicionales sin llaves en muchas tradiciones musicales en Europa, el oboe moderno se ha usado poco en la música popular. Una excepción fueDerek Bell, arpista del grupo irlandés The Chieftains, que usó el instrumento en algunas interpretaciones y grabaciones. La banda estadounidense de contradanza Wild Asparagus , establecida en Massachusetts, también emplea el oboe, tocado por David Cantieni. El músico popular Paul Sartin toca el oboe en varias bandas inglesas de música folclórica entre las cuales se incluyen Faustus y Bellowhead. El gaitero y fabricante de gaitas Jonathan Shorland toca el oboe con las bandas Primeaval y Juice, y antes tocaba con Fernhill, que tocaba música tradicional de las Islas Británicas.
Jazz

A pesar de que el oboe nunca ha ocupado un lugar importante en el jazz, algunas bandas, como la de Paul Whiteman, lo incluían con fines colorísticos. El multi-instrumentalistaGarvin Bushell (1902-1991) tocaba el oboe en bandas de jazz ya en 1924 y usó el instrumento durante toda su carrera; grabó finalmente con John Coltrane en 1961. Gil Evans escribió para el instrumento en su famosa colaboración en el álbum Sketches of Spain de Miles Davis. Aunque principalmente es intérprete de saxofón tenor y flauta,Yusef Lateef fue de entre los primeros (en 1963) en usar el oboe como instrumento solista en interpretaciones y grabaciones de jazz moderno. El compositor y contrabajistaCharles Mingus le dio al oboe (tocado por Dick Hafer) un corto pero importante papel en su composición «I.X. Love» en el álbum de 1963 Mingus Mingus Mingus Mingus Mingus. Marshall Allen en ocasiones tocaba el oboe con Sun Ra.

Con el nacimiento del jazz fusión a finales de la década de los 1960 y su continuo desarrollo durante la década siguiente, el oboe empezó a ocupar un papel más importante en la composición, reemplazando en ocasiones al saxofón en su papel de solista. El oboe fue utilizado con mucho éxito por el multi-instrumentista galés Karl Jenkins en sus obras con los grupos Nucleus y Soft Machine, y por el intérprete de instrumentos de viento madera estadounidense Paul McCandless, cofundador del Paul Winter Consort y, después, de Oregon. Romeo Penque también tocaba el oboe en el álbum de Roland Kirk de 1975 Return of the 5000 Lb. Man, en la canción «Theme for the Eulipions».

La década de 1980 vio un creciente número de oboístas intentando elaborar obras no clásicas, y muchos intérpretes notables han grabado y interpretado música alternativa con el oboe. Algunos grupos de jazz de hoy en día influenciados por la música clásica, como la Maria Schneider Orchestra, actúan con el oboe.

El multi-lengüetista Charles Pillow hace empleo del oboe y ha realizado una grabación pedagógica para tocar jazz con el oboe.
Rock y pop

El oboe se ha usado de forma esporádica en grabaciones de rock, generalmente tocado por músicos de estudio en grabaciones de canciones específicas.

A finales de la década de 1960 y en la década de 1970, varias bandas que surgieron empleaban el oboe en sus grabaciones, por ejemplo The Moody Blues (Ray Thomas),Henry Cow (Lindsay Cooper), New York Rock & Roll Ensemble (Martin Fulterman y Michael Kamen), Roxy Music (Andy Mackay), Electric Light Orchestra (Roy Wood), Wizzard(Roy Wood), y Japan (Mick Karn). Los oboístas de esas bandas generalmente usaban el oboe como segundo instrumento, no tocándolo en cada canción. Sin embargo, Japan y Roxy Music usaron el oboe con bastante frecuencia.

Desde la década de 1990, el oboe ha sido empleado en el rock de manera notable por Sigur Rós (tocado por Kjartan Sveinsson), así como por el músico de indie rock Sufjan Stevens (que también toca el corno inglés y a menudo mezcla ambos instrumentos en sus álbumes). Jarlaath, el vocalista de la banda francesa de gothic metal, Penumbra, toca el oboe en varias de sus canciones, así como Robbie J. de Klerk, el vocalista de la banda holandesa doom/death metal melódico llamada Another Messiah.

Historia del Oboe


Antecedentes en civilizaciones antiguas

El oboe tuvo su nacimiento en el año 3000 a.c, posiblemente en las civilizaciones de Mesopotamia, Babilonia e Isin. En estos sitios geográficos apareció gran variedad de oboes conocidos con el nombre genérico de "Abud".


En Egipto los instrumentos denominados "Majt" fueron utilizados y alcanzaron un gran protagonismo dejando de lado otros instrumentos, este instrumento tenía una lengüeta doble elaborada de bambú, cuyas laminas eran tratadas cuidadosamente durante todo el proceso de fabricación, incluso desde el crecimiento de la planta.

El "Aulos", instrumento difundido por toda Grecia llega a roma con el nombre de tibia, siendo utilizado ampliamente en funerales. Aristóteles en su Arte poética, hace alusión a este instrumento, diferenciándolo del "Sirinx", el cual es un instrumento antecesor de la flauta de pan. El timbre del Aulos era agudo y algo estridente. Su ejecución presentaba gran dificultad y de hecho se aconsejaba que fuera interpretado por músicos experimentados.

En Grecia alcanzo un importante papel en la educación, en donde era obligatorio y ordenado por la ley el estudio de este instrumento hasta los treinta años de edad, al igual que en Atenas, Esparta y Tebas.

En China se conoció el oboe con el nombre de "suona o guan"; en Japón con el nombre de "hirichiriki"; en la India, "sahnai o negasvaram"; "zurna" en Turquía y en África Occidental "Algaita".


Edad Media

En la edad media fue la chirimía la que se destaco entre los instrumentos de lengüeta doble, llegando a la música del renacimiento con fuerza y con mejoras importantes.

En la Edad Media fue la chirimía la que destacó entre los instrumentos de lengüeta doble, llegando a la música del Renacimiento con fuerza y con importantes mejoras. Eran los instrumentos de viento madera más utilizados, tenían un sonido ronco y fuerte, considerándolos por estas características instrumentos que debían ser tocados en el exterior y en caso de ser utilizados en interiores se construyeron algunas familias de taladro mas estrecho y lengüeta doble. Al igual que con la chirimía fueron utilizados la gaita y el caramillo, en Francia, y los troveros y trovadores que hacían parte de la corte de Alfonso X, dominaban el antecesor del oboe en forma de dulzaina o chirimía.

En el siglo XIII, en Francia aparece un instrumento que se designo con el nombre de oboe, el cual fue fabricado en Poitou. Este instrumento era tocado por los bufones y los juglares, acompañado por instrumentos de cuerda o de viento, como violas, laudes, entre otros.

Gracias a Michael Praetorius (1571-1621), se proporciona la nomenclatura de la familia de la bombarda, instrumento musical que es el antecesor del oboe, que contaba con 6 agujeros.Compuesta por la chirimía pequeña, la chirimía discantus, el pommer alto, el pommer tenor, el pommer bajo y por ultimo el pommer contrabajo.

Barroco

Se le atribuye al gran virtuoso Jean Hotteterre, el diseño del primer oboe. Al momento de la llegada de Jean Baptiste Lully, como compositor de la corte de Luis XIV, se encontró con el amplio uso que se le daba al oboe en la corte francesa. Jean Hotteterre era el gaitero de la corte además de ser un fabricante de de instrumentos.instrumentos. Poseía un taller en el que hizo varias adaptaciones y experimentos sobre chirimías y gaitas. Así llegó el elegante oboe de tres piezas, que fue tomado inmediatamente por los interpretes de instrumentos aerófonos de la corte francesa.

Se considera que la ópera de Robert Cambert "Pomone", como el primer uso del oboe como instrumento orquestal. Henry Purcell compuso por vez primera para oboe en el ano 1681 y lo emplearía regularmente en sus obras. En el ano 1695, se publica el primer manual para oboe, "The Springhtly Companion", compuesto por John Bannister El Joven.

En el siglo XVIII el oboe fue aclamado y utilizado ampliamente en toda Europa. Así las bandas de las cortes de toda Europa empezaron a abandonar el uso de las viejas chirimías y a utilizar el nuevo haut-bois.

James Talbot  hizo la descripción de este oboe barroco: contaba con seis orificios, tres para cada mano. Los orificios correspondientes al tercer dedo de la mano izquierda y al primero de la derecha eran dobles (dos agujeros pequeños juntos en vez de uno normal), o sea, las notas fa, fa♯, sol, sol♯. Tenía un par de llaves pequeñas cerradas para el re3 y una simple para el do3. La campana presentaba dos orificios para la afinación. La caña no tenía ninguna virola  (disco ancho colocado encima del tubo de la lengüeta, que servía de apoyo para los labios del ejecutante), quedando suelta para que el instrumentista pudiera tener un mayor control de la embocadura. El instrumento alcanzaba una extensión de dos octavas cromáticas completas, del do3 al do5. James Talbot describía la espiga articulada con la que se unían las tres secciones del instrumento. El oboe barroco carecía de llaves de octava. Para poder tocar en este registro se debía recurrir una digitación alternativa y al tránsito de armónico (técnica que consiste en soplar más fuerte para cambiar a un registro superior). Podemos darnos cuenta de que los problemas que debían lidiar los oboístas en ese periodo eran similares a los de hoy en día. 

Clasicismo

Desde 1690 y durante el siglo XVIII se llega a la denominada fase del oboe de tres y dos llaves. Los modelos de la primera mitad del siglo tenían dos llaves, conservando aún la cola de pez para el uso ambidiestro. Después de 1750, el oboe de dos llaves ya requería una posición de las manos tal y como la tenemos hoy: la mano izquierda por encima de la derecha. Estaban fabricados con madera de boj, arce, ciruelo, cedro, peral, y más modernamente de ébano. A partir de 1730 el taladro del oboe empezó a estrecharse con respecto de los modelos que podemos denominar plenamente barrocos.

El instrumento tuvo un periodo de consolidación hasta el fin del Barroco y durante el Clasicismo vio un deseo de mejora técnica, así como los primeros signos de las emergentes características de cada país. En los nuevos instrumentos se redujo la considerable longitud del tubo por debajo de los agujeros de los dedos. Tenía seis agujeros principalmente distribuidos por dos grupos de tres, separados por un espacio más largo y por una clavija entre ellos. En el extremo más bajo, otro agujero era controlado por una llave permanentemente abierta, y articulada. El siguiente agujero, cerrado por una llave, daba el semitono cromático de re♯3. Aunque la escala principal del tubo era la de remayor, los seis agujeros de los dedos eran, de alguna manera, ambiguos en su afinación, dejando gran libertad al instrumentista en materia de entonación e inflexión.

Otras posibilidades cromáticas se obtuvieron haciendo el tercer y cuarto agujero más pequeños y pares en vez de individuales. El abrir uno o los dos a la vez proporcionaba una digitación alternativa para ciertos semitonos. El do♯3 al principio sólo podía obtenerse, o mediante el incierto recurso de cerrar parcialmente la gran llave, o subiendo el do. Así se llega al oboe clásico de siete llaves. Sin embargo, la oposición frente a estas adiciones realizadas en el oboe era fuerte y en 1823 el oboísta Wilhelm Johann Braun (1796-1867) proclamó: «Demasiadas llaves parecen perjudicar el sonido y además están hechas de manera imperfecta. En seguida cualquiera se da cuenta de que o una u otra no cubren bien los agujeros. Las ventajas no superan los inconvenientes mencionados». Incluso durante los últimos años de la vida de Beethoven muchos oboes de dos llaves todavía se usaban.

En cuanto a la caña que se usaba, se sabe bien poco, aunque esto es inevitable considerando la delicadeza de su estructura y la naturaleza perecedera de su material. Lo máximo que se ha podido recoger de algunas ilustraciones es que las cañas antiguas eran, en comparación con las actuales, bastante anchas en cuanto a su longitud y en su forma de cuña. Las mediciones de Talbot sugieren que había poca diferencia con las usadas en los shawms ingleses (como se llamaba al primitivo oboe en Inglaterra).

Nada sugiere que el nuevo oboe fuera un instrumento de tono más suave que el shawms o la chirimía, pero sobre su variedad de flexibilidad y dinámica, comentadas por Talbot y el autor del libro The Sprightly Companion, se dice que: «era majestuoso, no inferior a una trompeta» y que «con una buena caña y una mano hábil suena tan suave y fácil como una flauta». No hay duda de que los intérpretes buscaban estas características y que fueron las que encomendaron el verdadero oboe a los músicos en general y llevaron a su adopción amplia y rápida.

Desde la segunda mitad del siglo XVIII hay una primera evidencia positiva, aunque escasa, de las cañas usadas. En algunos museos hay tudeles de láminas de metal enrolladas con restos de cañas sujetos a ellas de en torno al año 1770. Estos restos, junto a una o dos cajas de cañas e roximadamente la misma fecha, dan una pista de las dimensiones de la caña completa. Medía aproximadamente 9 mm de ancho en la punta y era todavía proporcionalmente corta. La ilustración del oboe en L'encyclopédie de Denis Diderot (1751-1765) muestra una caña muy peculiar, larga, construida sin estar doblada, aparentemente para insertarla directamente en la parte de arriba del instrumento.

Fue durante este periodo cuando el instrumento fue plenamente aceptado dentro de la orquesta, primero doblando la sección de cuerdas; pero muy pronto pasaría a ser una de las voces más expresivas, siendo empleado en solos por derecho propio. En música de cámara, también pronto demostraría sus cualidades, lo que estimuló a los compositores a escribir algunas de las mejoras obras de todos los tiempos para el instrumento. El oboe pronto alcanzó un protagonismo claro gracias a las aportaciones de Johann Sebastian Bach (1685-1750), George Friederich Handel (1685-1759), Jean Baptiste Loeillet de Gante (1688-1750), George Philipp Telemann (1681-1787), Jan Dismas Zelenka (1679-1745), entre otros. El instrumento llega a su madurez gracias a Ludwing August Lebrun (1752-1790), un compositor e importante oboísta de la orquesta de Mannhein, quien le dedicó numerosos conciertos.
 
Romanticismo

No cabe duda de que el espíritu estético del Romanticismo, junto con la Revolución industrial, creó las circunstancias idóneas para la evolución sonora y la mecanización del oboe. Por una parte, la delicada precisión del instrumento requirió para su fabricación el desarrollo mecánico de las máquinas. Por otra parte, el espíritu romántico permitió investigar hasta lograr el sonido que se deseaba en el oboe. La mecanización nunca fue concebida como un mero objeto caprichoso, sino que era la belleza del sonido y articulación lo que realmente se buscaba y frecuentemente se encontró.

En esta época, la familia de los oboes estaba representada por el oboe propiamente dicho y por el menos frecuente oboe de caza, que ya había tomado el nombre de corno inglés. El oboe de amor se utilizó más bien poco en esta época.

El oboe de dos llaves seguía en uso y probablemente todavía se fabricaba hasta 1820. Entre 1800 y 1825, aparecieron ocho llaves en el oboe, al principio como alternativa a la digitación aceptada, o para mejorar la entonación, pero más tarde base indispensable para la ejecución de toda la gama cromática del instrumento con facilidad. Es casi imposible datarlas individualmente, pero su orden de aparición parece que fue el siguiente:
La llave de octava, frecuentemente se encontraba en algunos oboes de dos llaves.
Una llave cerrada de sol♯ para el dedo meñique de la mano izquierda, que suplía, aunque no necesariamente reemplazaba, los tres agujeros gemelos.
Una llave de abertura entre los agujeros 4º y 5º para mejorar el fa♯. Esta llave, que sobrevivirá hasta 1840, la abría el dedo meñique de la mano derecha. Desde entonces dio paso a un anillo que permaneció abierto. Mecanismo que adoptó de la flauta reformada por Boehm y fue aplicada al oboe y al clarinete.
Una llave cerrada que eliminaba la incierta digitación de do♯.
Una llave cerrada de fa, colocada transversalmente entre los agujeros 5º y 6º.
Una llave cerrada para el si♭ en la parte superior.
Una llave cerrada para el do♯ también en la parte superior.
Una llave abierta, que cubría uno de los agujeros de resonancia de la campana y extendía la tesitura hasta el si♭. Con esto se omitía, aunque no siempre, el segundo agujero de la campana.

La colocación de las zapatillas (pequeño disco de fieltro forrado de piel que permite que los orificios cierren sin producirse pérdida de aire) en las llaves 4ª, 6ª, 7ª, y 8ª permaneció variable durante algunos años antes de establecerse. En la junta superior, donde se tocaba el si♭, para su ejecución, podía usarse tanto el pulgar izquierdo como el índice derecho, y a veces ambos. El do3 con el índice derecho o el anular izquierdo, y la llave de la campana con el meñique izquierdo y con el pulgar izquierdo. De todas estas adiciones, el do♯3 normalmente tocado con el meñique derecho, es el que más variedad muestra. La llave tapaba un pequeño agujero situado debajo de la llave de do3. Este mecanismo fue diseñado para permitir una sola presión para cerrar el primero y abrir el otro simultáneamente, para que sonara el do♯3, al igual que para permitir que el do se cerrara para la nota de la campana. Un simple cruce de llaves sirvió al principio. Para esto se necesitaba que la yema del dedo se deslizara en algunos pasajes.

Así, un oboe totalmente equipado tal y como Beethoven pudo haberlo conocido en sus últimos años tenía catorce agujeros de tono y una llave de octava. Además, era totalmente cromático desde el si♭ hacia arriba sin recurrir a las digitaciones anteriores. Para entonces, algunos instrumentistas avanzados, mediante digitaciones especiales y técnicas de embocadura, también habían extendido la tesitura hasta el fa 5 o excepcionalmente hasta el la 5.

Después de 1820 aparece el oboe de trece llaves de Joseph Sellner, profesor de orquesta en Viena quien ejerció durante mucho tiempo su influencia sobre la concepción alemana del instrumento. Joseph Sellner había añadido algunas llaves dobles y así se creó su llamado «oboe de llaves», el más avanzado de su tiempo. Éste es todavía la base del instrumento de estilo vienés utilizado hoy en día. El resto de su construcción cambió muy poco: ancha perforación al nivel de las junturas y reborde tradicional en el extremo interno del pabellón (el oboe vienés actual, de Hermann Zuleger, es el último representante del oboe clásico).

No cabe duda que el oboe moderno fue obra de los constructores parisinos. Los primeros profesores del Conservatorio de París, Sallatin y Vogt se mostraron reacios a los cambios y siguieron con el viejo instrumento simple, pero muchos de sus jóvenes alumnos tenían ideas diferentes. Esta rápida evolución del oboe mecánico se debió a la reflexión, según lo tocaban fabricantes e intérpretes tales como Apollon Marie Rose Barret (1804-1879), la familia Triébert, Theobald Boehm (1794-1881) y sobre todo Henri Brod (1799-1838) y George Gillet (1854-1920).

En 1844 L.A. Buffet, de París, patentó un oboe diseñado según los principios acústicos de Boehm, con el correspondiente sistema de llaves-anillos. Boehm estaba preocupado con la producción de este instrumento. Oboes de este tipo encontraron alguna aceptación en círculos militares, pero su sonido potente y abierto, debido a los agujero de tono y a la longitud del taladro, no atrajo la atención de la mayoría de los oboístas franceses.

En Inglaterra, de todos modos, el célebre intérprete francés A. J. Lavigne adaptó el instrumento de tipo Boehm y mandó construir algunas versiones según sus propias ideas. Los Triébert y otros fabricantes franceses intentaron aplicar el sistema de llaves de Boehm a un taladro más convencional y estos oboes se usan hoy en día de vez en cuando, sobre todo entre los músicos que se dedican a este instrumento.

Henri Brod realizó entre 1835 y 1839, gracias a un trabajo artesanal y meticuloso, un mecanismo cuya precisión no desdice en nada a la que consiguen los constructores contemporáneos; de la flauta de Claude Laurent (m. 1857) adoptó la llave de hierro montada sobre soportes metálicos, con un tambor metálico soldado al metal, de manera que daba la impresión de formar parte integrante de las llaves. Este tambor estaba ajustado con precisión a una fuerte barra de metal duro fijada a través de soportes afianzados por una placa metálica montada en la madera.

A partir de 1840 los soportes se fijaron directamente en la madera. En esta época se pensó que la medida era retrógrada y dictada por un espíritu de ahorro. Del clarinete de Müller, Brod sacó las nuevas zapatillas, hechas al principio de piel de cabritillo repleto de lana y más tarde de fieltro, recubiertas por una membrana de ternero y adaptadas a las llaves en forma de morteros. Esta fórmula revolucionaria se completaba con el uso de resortes de hierro forjado. Brod comenzó la manufactura de oboes, adoptando sus ingeniosas invenciones en sus nuevos instrumentos. En su método reivindica la invención de la placa del dedo índice izquierdo. Esta placa tenía la superficie perforada, y estaba destinada a evitar la difícil semiobturación del agujero superior para la octava del do♯4 y re4. Extendió la tesitura del instrumento hasta el si♭, aunque esta particularidad no fuera todavía de uso corriente. El tubo de sus instrumentos era bastante estrecho y el sonido que producía tendía a ser bastante menudo y dulce.

Fue también precursor del corno inglés moderno: un instrumento de cuerpo recto con el bocal curvo. Brod debía de ser, seguramente, como un jefe de los diversos artesanos, pidiéndole estos consejos antes de la realización de innovaciones. Sus composiciones, estudios y sonatas dan fe de la capacidad del oboe hasta 1840, proporcionando además estudios útiles para el instrumento de hoy.

Contemporáneos a Brod fueron los primeros oboes de la familia Triébert, en cuyas manos el instrumento francés progresó hasta su forma más fina. Guillaume Triébert inició la dinastía, al abrir en 1810 un negocio que fue floreciente hasta 1876. La dinastía fue seguida por Frederick Triebert (1813-1878). Bajo la vigilancia de los Triébert, tuvo lugar una total transformación del oboe. Éstos, aconsejados por los oboístas de la época, crearon seis modelos diferentes, cada uno mejorando el anterior, dejando un legado que sigue siendo todavía el anteproyecto para todos los instrumentos.

Su trabajo incluyó un nuevo diseño del taladro, con el fin de buscar siempre mayor refinamiento en la calidad del tono, al igual que mejoras progresivas de llaves. Hacia 1840 desaparecieron los ejes modelados en la madera del instrumento, y dejando en su lugar columnas directamente atornilladas en él, lo que resultaba en una unión con la madera completamente lisa. Estas columnas llevaban el do3, do♯3, re♯3, para el dedo meñique de la mano derecha; un si y un do♯3 duplicado sobre una larga palanca para el dedo meñique de la mano izquierda. La palanca del fa♯3 se sustituyó por una llave de anillos. Puso una llave de sol♯3 para quitar el doble orificio del dedo corazón de la mano derecha, un medio orificio para el do♯4, y una llave acústica de octava. Ésta se presentó como sistema tres.

El sistema cuatro (système 4, 1843) fue producido siguiendo las ideas de Apollon Marie-Rose Barret, oboísta francés residente en Inglaterra, que llegó a ser solista de la orquesta del Covent Garden en 1829.

Este sistema pronto fue perfeccionado y se conocería como el sistema 5 (système 5, 1849). Según Philip Bate, aunque normalmente atribuido a Barret, este sistema fue, de hecho, invento de Frédérick Triébert, a quien elogió en su Guía de 1862. Los cambios que introdujo fueron que el si♭3 y el do4 se ejecutaban con el dedo pulgar de la mano derecha. Los instrumentistas consideraban que la precisión y complejidad del mecanismo se reflejaba, en cierto modo, en su contribución y la facilidad de ejecución. Así pues, tras un periodo de éxito llegó otro periodo de simplificación.

Sin embargo, la importancia capital del instrumento de Barret residió, según su propio inventor, en el hecho de que la segunda llave de octava era esencial para el oboe y, además, ésta podía lograrse con la misma digitación que la primera octava. Este juego de llaves de octava ha tenido mucha aceptación en Alemania, Austria e Italia. Él, en su Guía de 1850, recomendaba añadir la llave de si♭. Otros detalles fueron una llave para el trino do4 - re4 y palanca de contacto para el si3 y do4 de la mano izquierda. Muchos oboes de hoy todavía emplean una llave para el pulgar ligada a un sistema para el oboe de sistema conservatorio. No implica demasiado mecanismo adicional y presenta ciertas ventajas de manejo alternativo de dedos, tanto como para tener la posibilidad de darle color al sonido, mejorar la afinación y para la simplicidad técnica.

Los instrumentistas franceses conservaron la posición del primer anillo del índice de la mano derecha (do4) características del sistema conservatorio de los Triébert, y los ingleses conservaron la llave para el pulgar de la mano izquierda, sistema simple que Barret había sacado del sistema 5. A pesar de los modelos fijados por Barret y apoyados por el distinguido intérprete A. J. Lavigne, los oboes ingleses se quedaron un tanto anticuados a lo largo del siglo. En 1840 solo tenían ocho o nueve llaves. Inglaterra dependió sencillamente de los modelos importados hasta muy avanzado el siglo.

Al sexto y último sistema de los Triébert quitó el mecanismo de si♭3 y do4 con el dedo pulgar de la mano izquierda y estableció el uso del dedo índice de la mano derecha para estas notas. Además, puso una llave automática de octava para suavizar el paso de sol4 a la4. Así quedaba la base puesta para lo que sería el sistema conservatorio.

Tras de la muerte de Frédéric Triébert en 1878, su protégé, Fracois Loreé (1835-1902), creó su propia empresa de fabricación en exclusiva de oboes en 1881, continuando el trabajo y la tradición de Triébert. Obtuvo el contrato como suministrador de oboes al Conservatorio de París en 1881. Existe un buen motivo para pensar que el profesor de oboe del Conservatorio de París, George Gillet, alentara a Lorée a que abriera su propio taller, y es el hecho de que Lorée obtuviera dicho contrato antes de fabricar un solo oboe bajo su propio nombre, y que colaborara con Gillet en la mejora del sistema 6. Desde entonces a este sistema se le llamósistema conservatorio, el cual tenía como mejora que los tres primeros dedos de la mano derecha (índice, corazón y anular) podían operar el mecanismo del si3-do4.
Siglo XX

En la época de François Lorée asistimos a la perfección del oboe clásico. La aparición de orquestas de gran tamaño exigió que la sonoridad del oboe fuera más penetrante. Empezaron a utilizarse maderas más pesadas y las paredes del instrumento se hicieron más densas. Se emplearon maderas de diferentes variedades del granadillo y en particular el ébano de Mozambique en sustitución de otras maderas como el palosanto y el boj. Numerosos instrumentistas de todo el mundo consideraban los instrumentos de Lorée como los mejores que se han fabricado, y han llegado sin apenas modificaciones a nuestros días.

Su hijo, Lucien Loreé (1867-1945), a quien le había transmitidos sus años de experiencia, le sucede a su muerte en 1902. Con la participación del ya anciano, Georges Gillet, durante el período 1900-1906, Lucien Lorée modernizó el oboe y realizó numerosas modificaciones en el sistema 6, creando en 1906 su famoso modelo de conservatorio de platillos (en francés modèle conservatoire à plateaux). Recibe este nombre, porque incorporó tres platillos (un tipo de llave) perforados a los tres agujeros abiertos que quedaban y un platillo sólido para el primer dedo de la mano derecha con el fin de unir otras llaves. Según Baines, una de las principales razones al añadir las llaves cubiertas fue para obtener los trinos más fácilmente, pero también para ganar agilidad en los pasajes rápidos. También es denominado como sistema 6 bis o sistema Gillet, para distinguirlo del sistema conservatorio. Este instrumento tuvo muy buena acogida en América y progresivamente en Europa desde finales de 1930.

El oboe actual ha mejorado en cuanto a la calidad de fabricación de las piezas, pero apenas difiere del sistema de platillos. Hoy es el que más se fabrica en París. Entre las invenciones del siglo XX cabe destacar la llave de resonancia para el fa de horca (posición conocida como fourchu en francés y fork en inglés), obra de Bonnet en 1907. La mejora del trino re♯ - mi se la debemos a Bienzet. Se añadió una llave de resonancia para el si♭2 y una tercera llave de octava para facilitar la ejecución de notas sobreagudas y así proporcionar una mayor seguridad para el intérprete.

Las investigaciones de Marigaux (1935), anteriores a 1930 tomaron, en cierto modo, una orientación contraria a la anterior evolución del oboe francés, ya que el cuerpo era un poco más alargado. El resultado fue un instrumento de gran calidad y sonoridad más suave, características que aún mantiene hoy. El oboe de Charles Rigoutat se acerca más a la pureza clásica de Lorée.

viernes, 10 de octubre de 2014

Qué es el oboe?




        El oboe que en francés se escribe  hautbois, con su traducción al castellano es "madera alta o aguda", es un instrumento musical  perteneciente a la familia de vientos madera. Con su forma de taladro cónica, su sonido se produce gracias la vibración de una doble lengüeta por por donde pasa el aire.
Una de las características principales del oboe es su timbre, el cual se distingue de otros instrumentos por poseer una sonoridad penetrante, mordente y algo de nasal, sin dejar de lado su dulzura y su expresividad.

El oboe es conocido des la antigüedad, y gracias a ellos a evolucionado en el espacio y  el tiempo de diversas maneras por la acción y creatividad las diferentes culturas y civilizaciones, que han permitido que siga usándose en la actualidad.

Los oboes tradicionales (bombarda, cornamusa, duduk, gaita, hichiriki, y zurna) y los oboes modernos (oboe pícolo, oboe, oboe de amor, corno inglés, y oboe barítono) forman una gran familia con múltiples facetas.

Empleado en solo, música concertante, música de cámara, orquesta sinfónica, orquesta sinfónica, o banda musical, el oboe moderno representa en la orquesta al conjunto de la familia. Las obras para oboe proceden esencialmente del repertorio barroco, clásico, romanticismo, música del siglo XX hasta nuestros días.